Éxitos y fracasos de la pacificación
Primera Guerra Mundial
Guerra de
Las Malvinas
El historiador Orella mantiene que “Pacificación es la restauración del
orden perdido en el reconocimiento de la personalidad física, territorial y
social del interlocutor, juntamente con todos sus derechos. Se habla de
pacificación tras una guerra o una huelga como el conjunto de actividades
diplomáticas, humanitarias o militares, que se llevaban a cabo, con el fin de
lograr el final de un conflicto bélico o social. Ni toda guerra es neutra, como
si sólo los otros hubieran sido los causantes de la ruptura del orden
individual o social, ni toda pacificación es unilateral con exigencia a los
vencidos del reconocimiento de su error y la vuelta al redil de la verdad absoluta.
Toda pacificación reclama de las partes enfrentadas una conversión, un
arrepentimiento y un proyecto de nueva vida. Y esto, tanto a nivel individual,
como social. No habrá verdadera pacificación si alguna de las partes actúa de
forma autoritaria y despótica, como si toda la verdad estuviera de su parte”.
(Orella Unzué, 2011)
Primera Guerra Mundial
El final de la Primera Guerra Mundial se concretó con una serie de
tratados de paz en los que se organizó Europa tras los desastres de la guerra. Durante
1919 firmaron 5 tratados: St. Germain con Austria, Trianon con Hungría, Neuilly
con Bulgaria, Sèvres con Turquía, y, muy especialmente, con Alemania el Tratado
de Versalles.
– Tratado de Versalles: firmado en 1919 con Alemania. Sus acuerdos pueden
resumirse en cuatro apartados:
·
Responsabilidad de la guerra: se le achaca a
Alemania y a sus dirigentes que son entregados para ser juzgados por un
tribunal Aliado. El fin de esta cláusula era justificar la reclamación de
reparaciones. Además se prohíbe a Alemania participar en los organismos
internaciones.
·
Cláusulas económicas: fueron las compensaciones
que Alemania debía pagar para ayudar a los vencedores a reparar las
destrucciones causadas por la guerra. La cantidad de las mismas se fijó con
posteridad.
·
Pérdidas territoriales: Alsacia-Lorena que son
devueltas a Francia, la Alta Silesia a Polonia y Checoslovaquia, las ciudades
de Malmedy y Eupen a Bélgica, el Norte de Schleswig a Dinamarca, la zona de
Prusia queda dividida en dos por el corredor polaco. La ciudad de Dantzig se
declara independiente, los territorios del Sarre y la margen izquierda del Rhin
son ocupados temporalmente por Francia. Se prohíbe a Alemania unirse con la
nueva Austria.
·
Aspectos militares: se proclama el desarme
alemán, reduciendo su ejército a cien mil hombres. Se prohíbe la artillería
pesada, aviación y marina.
– Tratado de Saint Germain: firmado con Austria en 1920, Austria se
trasforma en una pequeña nación de 80.000 km² y 6.500.000 habitantes. Las
antiguas provincias de Bosnia, Herzegovina, Croacia y Eslovenia se unen a
Serbia y Montenegro para formar una nueva nación, Yugoslavia. Hungría cede a
Rumanía Transilvania. Los checos y los eslovacos se unen para formar
Checoslovaquia. Galizia pasa a Polonia y el Tirol del Sur, Istria y Trentino a
Italia. El ejercito austriaco queda reducido a 30.000 soldados profesinales y
es condenada al pago de reparaciones como Alemania pro en menor cuantía.
– Tratado de Trianon: firmado en 1920 con Hungría que nace como estado
independiente aunque tiene que ceder antiguos territorios (Transilvania), pagar
indemnizaciones y reducir su ejército.
– Tratado de Neuilly: firmado con Bulgaria en 1919 por el que pierde sus
territorios en el Mediterráneo que pasan a Grecia, no se reduce su ejército ni
paga reparaciones.
– Tratado de Sèvres: firmado con Turquía en 1920 que pierde los
territorios europeos excepto Estambul. Las islas del Egeo y Esmirna pasan a
Grecia. Siria, Palestina, Irak, Arabia serán administradas por Francia en
Inglaterra hasta su independencia. Los humillantes términos de Sévres
provocaron una revolución en Turquía. ("Tratados de paz", 2011)
Como consecuencia inmediata los
tratados redactados por la Conferencia de París, en conjunción con el Tratado
de Versalles (St. Germain, Trianon, Neuilly y Sèvres), trazaron un nuevo mapa
para la Europa oriental, y registraron la recesión de los imperios ruso,
austriaco y turco. Ahora existían 7
nuevos estados independientes: Finlandia, Estonia, Letonia, Lituania, Polonia,
Checoslovaquia y Yugoslavia. Rumanía se amplió mediante la agregación de
áreas anteriormente húngaras y rusas; Grecia se amplió a expensas de Turquía.
Austria y Hungría eran ahora pequeños estados, y no había conexión alguna entre
ellos. El Imperio Turco desapareció
surgiendo Turquía como una república reducida a Constantinopla y Asia Menor.
Los Tratados firmados tras la Conferencia de París no contribuyeron en
absoluto a estabilizar la situación europea y mundial. Al rastrear las causas
de la segunda guerra mundial, rápidamente se encuentra con que los errores
cometidos en los tratados que pusieron fin a la Gran Guerra fueron claves a la
hora de desencadenar de nuevo los horrores de un conflicto mundial apenas
veinte años después de la conclusión de la "guerra que pondría fin a todas
las guerras". (Ocaña, 2003)
Alemania
Alemania había aceptado el armisticio tomando como base los "Catorce
puntos" de Wilson. El ejército
alemán quedó reducido a 100.000 hombres: el tratado prohibía a Alemania tener
artillería pesada, aviación y submarinos. Sin embargo, se encontró con que no
se le permitió participar en la Conferencia de Paz y se la trató duramente en
la Paz de Versalles (El "diktat" de Versalles). La postura
"dura" de Clemenceau se había impuesto. El ser declarada "responsable del
conflicto", las pérdidas territoriales en el este y las enormes
reparaciones de guerra a las que se vio obligada fueron las cláusulas
especialmente inaceptables para los alemanes.
Sin embargo, excepto algunas zonas de Renania temporalmente y la cuenca
del Sarre, Alemania no fue ocupada militarmente y su poderío económico no
sufrió una merma sustancial. La gran contradicción fue que el Tratado de
Versalles trataba de imponer una paz muy dura a un estado que aún era muy
poderoso. En estas condiciones,
agravadas por las dificultades de la posguerra, las posiciones
"revanchistas" contra el Tratado de Versalles pronto se extendieron
en Alemania. La falsa noción histórica de haber perdido la guerra no en el
frente de batalla sino por "la puñalada por la espalda" de los
demócratas, socialistas, judíos... que habían protagonizado la revolución de
noviembre de 1918 se propagó entre los ámbitos ideológicos de la derecha
alemana.
Italia
Tras la firma de los tratados de paz en Italia se repetía la frase
"Hemos ganado la guerra, pero hemos perdido la paz". Así se resumía
la generalizada sensación italiana de haber sido menospreciados en París y
haber conseguido pocos beneficios tras haber perdido 460.000 vidas humanas
durante el conflicto. La no anexión de
territorios en Dalmacia debido a la aplicación del principio de las nacionalidades
en la nueva Yugoslavia y las exiguas conquistas coloniales causadas por el
egoísmo franco-británico, hicieron que las anexiones del Trentino-Alto Adigio y
la península de Istria (9.000 kilómetros cuadrados) parecieran muy poco a
muchos italianos.
Europa Central y Oriental
La aplicación del principio de las nacionalidades a una realidad tan
compleja étnica y lingüísticamente como la de esta zona provocó una intrincada
labor de diseño de fronteras tratando de separar lo que a menudo era inseparable.
Las minorías nacionales fueron la regla en los nuevos estados surgidos en la
región. La zona estaba llena de focos de conflicto.
Francia
Pese a imponer duras condiciones a Alemania, Francia no conseguirá que
los países anglosajones se comprometieran a un pacto que garantizase su apoyo
ante un eventual ataque alemán. La negativa norteamericana a firmar los
tratados impidió esta aspiración francesa.
La fragilidad de la posición francesa quedó clara en cuanto Hitler
reinició el rearme alemán en la década de los treinta. Clemenceau había
conseguido un tratado muy duro con Alemania, sin embargo, no había conseguido
una situación de fuerza que permitiera su aplicación.
Estados Unidos
La hegemonía de los republicanos durante los años veinte marcó una clara
tendencia aislacionista. La negativa a entrar en la Sociedad de Naciones llevó
a un desentendimiento de los asuntos políticos europeos enormemente nocivo para
la estabilidad mundial ya que EE.UU. era ya la primera potencia mundial. No obstante, en el terreno económico los
norteamericanos no optaron por el aislamiento. Su negativa a condonar las
deudas de los aliados de la Entente , en
el lado negativo, o su intervención para solucionar el problema de las indemnizaciones
de guerra de Alemania con el Plan Dawes de 1924, en el positivo, muestran como
el aislacionismo no se dio en las cuestiones económicas.
U.R.S.S.
Tras intervenir directamente y ayudar al Ejército Blanco durante el
guerra civil, las potencias vencedoras optaron por establecer lo que se
denominó cordón sanitario en torno a la
URSS comunista. Establecimiento de una serie de estados antisoviéticos que
cercaran al nuevo estado soviético. Se trataba de impedir la expansión del comunismo
y debilitar a la URSS. La U.R.S.S. fue
aislada y no se le permitió el ingreso en la Sociedad de Naciones. Otra gran
potencia que quedaba fuera del concierto de naciones diseñado en París en 1919. Desde la perspectiva histórica, parece cada
vez más evidente que la gran perdedora de la primera guerra mundial fue Europa.
Continente, que desde hacía varios siglos había impuesto su hegemonía en el
mundo, inició en 1914 un proceso de
autodestrucción que permitirá a diversas potencias extra europeas,
esencialmente a los Estados Unidos, alcanzar la hegemonía global.
La Sociedad de Naciones
El gran promotor de la idea, el presidente norteamericano Wilson, hizo
que la Conferencia de París, que había iniciado sus sesiones el 18 de enero de
1919, aprobara una Resolución sobre la creación de una Sociedad de Naciones el
día 25. En abril, la Conferencia aprobó el Pacto de la Sociedad de Naciones,
que fue anexado a los diversos tratados de paz. Entró en vigor el junio de
1919, cuando se firmó el Tratado de Versalles.
La nueva Sociedad fijó su sede en Ginebra (Suiza). Sus principales
instituciones eran una Asamblea General, un Consejo, del que eran miembros
permanentes las grandes potencias, y un Secretario General, encargado dirigir
los más de 600 funcionarios que trabajaban para la Sociedad. Teniendo como como objetivo esencial el
mantenimiento de la paz, la Sociedad buscó garantizar la protección de los
pequeños países ante las grandes potencias. Se trataba de crear un nuevo orden
internacional basado en el principio de la seguridad colectiva. El artículo 10º
del Pacto consagraba este principio:
"Los miembros de la Sociedad se comprometen a respetar y a mantener
contra toda agresión exterior la integridad territorial y la independencia
política presente en todos los miembros de la Sociedad. En caso de agresión, de
amenaza o de peligro de agresión, el Consejo determinará los medios para
asegurar el cumplimiento de esta obligación." La Sociedad de Naciones consiguió algunos
éxitos en su labor, ayudó a solventar pacíficamente algunos conflictos en el
período inmediato de posguerra y tuvo su apogeo en el período 1924-1929
(Tratado de Locarno, 1925, Ingreso de Alemania en la Sociedad, 1926, Pacto
Briand-Kellogg, 1928), sin embargo, cuando la situación internacional se
enturbió tras la depresión de 1929, la Sociedad de Naciones se mostró
totalmente incapaz de mantener la paz.
La efectividad de la SDN fue escasa, por varios motivos: La limitada
capacidad para decidir los asuntos, ya que era necesario que los acuerdos se
tomaran por unanimidad. La inexistencia
de medios eficientes para hacer cumplir las resoluciones adoptadas. La falta de implicación de las potencias que
la integraron. A Alemania se le negó el
ingreso en principio, tras el Tratado de Locarno, se adhirió en 1926, para
salir de nuevo inmediatamente después del ascenso de Hitler en el poder en
1933. A la URSS también se le negó el
ingreso, accedió en 1934 y fue de nuevo expulsada en 1939. Japón se marchó en 1933 e Italia en
1936. Falta de medios económicos o
militares para imponer sus resoluciones.
Su mayor éxito consistió en sacar
adelante determinados programas de cooperación económica y humanitaria. Su principal fracaso radicó en no poder
evitar el estallido de la II Guerra Mundial. Se disolvió en 1946, transfiriendo
su patrimonio y competencias a la ONU, de la que fue su más inmediato
precedente. (Lozano & de Vélez-Málaga, 2004)
Guerra de Las Malvinas
La guerra de las Malvinas fue un conflicto armado entre la República
Argentina y Reino Unido. El enfrentamiento se desarrolló en el archipiélago del
mismo nombre (en el sureste de Argentina) desde el dos de abril, día del
desembarco argentino, hasta el catorce de junio de 1982, cuando las tropas
argentinas se rindieron. El conflicto de las Malvinas no terminó con un tratado
de paz sino con la rendición por parte del mando militar argentino ante las
tropas británicas. Actualmente la
cuestión de las Malvinas es un tema que se encuentra muy presente en el pueblo
argentino, incluso figura en su Constitución como un asunto al que el pueblo
argentino no puede renunciar, y del que con el paso del tiempo están seguros
que terminaran ganando. Durante el conflicto hubo varios intentos de llegar al
fin del conflicto mediante medios pacíficos, algo que no fue posible.
. Los intentos fueron los siguientes:
• El 6 de Mayo de 1982 la ONU presenta un plan de paz que se basaba en el
cese de las hostilidades; la suspensión de las sanciones económicas puestas a
Argentina el 9 de Abril de ese mismo año por el Mercado Común Europeo; y la
administración de las islas por parte de la ONU mientras duraran las
negociaciones de paz que se deberían de iniciar. La propuesta fue rechazada por
Gran Bretaña.
• El 20 de mayo de 1982 Javier Pérez Cuéllar, secretario general de la
ONU, anunciaba que las gestiones que había intentado hacer por la paz habían
sido infructuosas. A la vez el gobierno peruano, con el presidente Belaunde
Terry, presentó un plan de paz que en este caso el gobierno argentino (cuyo
presidente en esos momentos era Leopoldo Galtieri) no respaldó ante la poca
seguridad que había de que el diálogo con Gran Bretaña fuera a desembocar en la
transmisión de la soberanía de las islas a Argentina.
• El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprueba la resolución
505 el 26 de Mayo de 1982, en la que se pide al Secretario General que entable
de nuevo diálogo con ambas partes para negociar condiciones aceptables para
ambos bandos que permitan el cese inmediato del fuego, además de animar a ambas
partes a que colaboren con el Secretario en su cometido.
• La última propuesta fue hecha el
4 junio de 1982 en las Naciones Unidas pero fue vetada por EEUU y Gran Bretaña.
Durante el conflicto se abrieron numerosas zonas de exclusión marítima llevadas
a cabo por Gran Bretaña.
En 1982 cuando aparentemente terminó
la guerra, Argentina quedó en mejor posición que antes, ya que si bien no había
obtenido el triunfo y el territorio, logró que la cuestión Malvinas se haya
difundido en el plano internacional. Tal es así que en noviembre del mismo año,
la ONU insta a Gran Bretaña y Argentina a resolver el problema de soberanía,
apoyando a Argentina. Por su parte, Gran Bretaña había logrado usurpar otra vez
las islas, pero con grandes pérdidas económicas, no solo por la guerra sino la
posguerra, ya que construyeron una enorme base militar y debieron de prescindir
de todas las ventajas que Argentina daba a los isleños previo al conflicto, por
lo que se encareció el mantenimiento del más importante bastión en el Atlántico
Sur. Desde el 1982 a 1989 los gastos ascendieron a 16mil millones de dólares.
No había ingreso alguno, ya que los recursos de pesca no salían de sus 3 millas
alrededor de las islas, con excepción que a partir de 1986, extienden las
millas a 200 y comienzan a explotarlas.
Sin embargo la guerra no se perdió en 1982, sino en un escritorio en
1989, bajo la firma de Menem y de Cavallo en la I Declaración Conjunta De Las
Delegaciones De La República Argentina Y Del Reino Unido De Gran Bretaña E
Irlanda Del Norte. Madrid, 19 De Octubre De 1989 regalando a Gran Bretaña todo lo que ellos
pretendían. Y es ahí donde finaliza el conflicto, y en donde realmente los
argentinos pierden toda dignidad.
Argentina y Gran Bretaña rompieron sus relaciones hasta 1990 (ocho años
después de la guerra) cuando éstas se restablecieron, sin embargo ambos países
guardan un silencio absoluto sobre el tema. Se firmaron dos tratados con el
Reino Unido a principios de los años noventa. El 15 de febrero se suscribió la
“ II Declaración Conjunta de las delegaciones de la Argentina y el Reino Unido”
también conocido como el tratado de Madrid. La interlocución, que se inició en
los meses finales de la década de los 80, se rubricó el 16 de febrero de 1990
en la capital de España con la pretensión de generar progresivamente una
atmósfera de confianza mutua inexistente desde la invasión argentina de las
islas. Y el “Tratado Anglo-Argentino de Promoción y Protección de Inversiones” que se firmó el 11 de diciembre de 1990 en
Londres.
Por ello son los tres
puntos más influyentes que han provocado y envuelto de hambre, miseria y
humillación a todo el pueblo argentino. El primero, habla de los recursos pesqueros regalados a
Gran Bretaña, entregados a cambio de nada; el segundo explica como Argentina
pasa a ser parte del "Commonwealth", colonia pirata; El tercer
punto muestra la rendición total de las
FFAA a las Fuerzas británicas. (Mendiondo, 2007)
Bilateralidad económica pesquera
El artículo séptimo
(72) del Tratado a la UNILATERALIDAD de las Fuerzas Armadas Argentinas y Británicas
adiciona otra “BILATERALIDAD ECONOMICA” para la explotación pesquera entre el
paralelo 45 S y el paralelo 60 S (aproximadamente la zona marítima que se
extiende desde Puerto Camarones en la provincia del Chubut hasta las Islas
Orcadas en la Antártida). Las Operaciones de las flotas pesqueras británicas y
argentinas intercambiarán informaciones, estadísticas y evaluaciones sobre la
fauna ictícola en esa región. Así el alimento que debería proporcionar la fauna
marítima a los argentinos será compartido con Gran Bretaña. Nuestro país se
aviene a compartir una vasta extensión alimentaria que le pertenece con la
potencia extra continental con la cual ha estado en guerra hace menos de una
década y de la cual ha debido soportar las Consecuencias de tratados económicos
leoninos. Todo esto también se concede y acepta sin ninguna contraprestación
del reino unido. Es decir la argentina adhiere a todo a cambio de nada. Mientras tanto la población argentina nativa,
víctima de un sostenido genocidio económico provocado por la perversidad de sus
gobiernos, ha de seguir con la humillación miserable de alimentarse a través de
la caridad Estatal. Con “Cajas del Plan Alimentario Nacional” o con “Bonos de
Solidaridad”. Con limosnas. No con derechos.
El artículo octavo para
otorgar permanencia a la “BILATERALIDAD DE LAS FUERZAS NAVALES Y AEREAS” Con
exclusión del EJERCITO ARGENTINO, y a la “BILATERALIDAD ECONOMICA PESQUERA”
organiza un “Grupo de Trabajo sobre Asuntos del Atlántico Sur”. Esta es una
administración del condominio que ha sido formado entre Gran Bretaña y la
Argentina a expensas del pleno dominio que nuestro país, como Nación
Independiente —en virtud del Acta de la Independencia del 9 de Julio de 1816—
debe tener sobre su territorio y mar continental como corresponde a todo Estado
Soberano dentro de la comunidad internacional.
Subordinación De Las Fuerzas
Armadas Argentinas A Las Fuerzas Armadas Británicas
En el artículo cuarto
(4°) la delegación británica anuncia la decisión de su gobierno de “dejar sin efecto
la Zona de Protección establecida alrededor de las islas Malvinas (Falkland
Islands)”.
Este artículo, que fue
publicitado como un logro del gobierno argentino, exhibe en cambio una
supremacía total de Gran Bretaña sobre el territorio de nuestro país y una
hegemonía no disimulada sobre la conducción política e institucional de la
Argentina. En efecto desde el momento en que Inglaterra adquiere el derecho de
Controlar todos los actos de las Fuerzas Armadas de la República Argentina
(conforme lo establece el artículo 52 A — B y C del Tratado) es innecesario que
se mantengan efectivos militares, navales y aéreos de Gran Bretaña para
defender a las Islas Malvinas de un eventual ataque de las Fuerzas Armadas
Argentinas.
Con esta estipulación
el Tratado ha reconocido lisa y llanamente el derecho posesorio inglés sobre el
Archipiélago de Malvinas.
Referencias
Orella
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Mendiondo, P. (2007). Tratados por Malvinas: La entrega del país a Gran
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